El
vestido
Se me secó el alma.
Como un alma
arrojada al fuego,
pero no del todo,
no hasta la
aniquilación. Sedienta,
siguió adelante. Crispada,
no por
la soledad sino por la desconfianza,
el resultado de la
violencia.
El espíritu, invitado a abandonar el cuerpo,
a
quedar expuesto un momento,
temblando, como antes
de tu
entrega a lo divino;
el espíritu fue seducido, debido a su
soledad,
por la promesa de la gracia.
¿Cómo vas a volver
a confiar
en el amor de otro ser?
Mi alma se marchitó y
se encogió.
El cuerpo se convirtió en un vestido
demasiado
grande
para ella. Y cuando recuperé la
esperanza,
era una esperanza completamente distinta.
Poema
de Louise Gluck
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada