La
vocación de los árboles
Algunos
árboles
cuando
se cansan de estar quietos
piden
que los conviertan en curiaras,
si
tienen vocación de navegantes, claro:
árboles
de acantilado,
de
ribera
de
playa.
Hay
árboles que buscan la libertad del viento
-esos
tuvieron por confidente a un pájaro-
puentes
colgantes
retadores
del tiempo,
argonautas
de
los barrancos
Hay
árboles que quieren
ser
árboles tan sólo.
Sentir
los pies de un niño
subiendo
entre sus ramas,
entretejer
un nido en su follaje,
regalar
frutos,
florecer,
dar
abrigo.
Y
al pasar de los años,
o
de los siglos,
descansar
finalmente
sobre
la Tierra Madre
y
soñar que mañana
renacerán,
otra vez
árboles.
Poema
de Flor
Marina Yánez Lezama
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